MONTE
S.ANGELO
Inmersa en el Parque Nacional
del Gargano en los márgenes de la Selva Umbra, Monte
Sant’Angelo atrae el ojo del visitante desde lejos por
sus pequeñas casas blancas colocadas en fila sobre
la ladera. Desde aquí se goza de un sugestivo panorama
sobre el golfo de Manfredonia.
Su nacimiento se relaciona con la aparición del arcángel
San Miguel en la gruta el 8 de mayo del 490 y a las sucesivas
apariciones (492 y 493) que hicieron de este lugar de devoción
meta de peregrinaje.
Después de la guerra greco-gótica (535-553)
los Bizantinos dominaron la Apulia septentrional hasta la
llegada de los longobardos los cuales consiguieron anexionar
estos territorios en el siglo VII. Fueron estos últimos
los que hicieron de monte Sant’Angelo el punto de referencia
religioso de su estado decretándolo Santuario Nacional
de los longobardos convirtiéndose de esta manera en
meta de peregrinos, papas, santos, reyes y emperadores.
Aquí terminaba la vía Sacra Langobarforum que
iba desde Mont San Michel en Francia a Monte Sant’Angelo.
En el siglo IX fue iniciada la construcción del Castillo
posteriormente ampliado por los normandos.
El santuario, saqueado por los sarracenos en el 871, como
todo el resto de Apulia debió sufrir durante más
de un siglo los enfrentamientos entre longobardos y bizantinos
para conocer finalmente un período de paz con el inicio
del dominio normando (siglo XI). Fueron ellos los que erigieron
las murallas para proteger el burgo y la magnífica
Torre de los Gigantes. El Castillo, ya modificado durante
el reinado del normando Roberto el Guiscardo y con Federico
II y sus sucesores; los suevos, finalmente pasó a ser
una prisión bajo los angevinos (siglo XIII). Estos
últimos, llegados al Sur de Italia al mando de Carlos
I de Anjou para derrotar a los suevos y ayudar al Papa (1266),
hicieron construir el Santuario de San Miguel Arcángel
para proteger la gruta de la aparición.
Monte Sant’Angelo y su fortaleza pasaron posteriormente
a manos de los príncipes de Durazzo y a los Aragoneses
(siglo XV), los cuales supieron devolver al Castillo el antiguo
esplendor confiándolo en el 1497 a Consalvo de Córdoba.
Convertido en baronía de los Grimaldi en el 1552 les
perteneció hasta el 1802, año en el cual pasó
al cardenal Ruffo de Calabria por voluntad de los Borbones.
En el 1861, después del final del Reino de las Dos
Sicilias por la intervención sabauda y de las tropas
al mando de Garibaldi, Apulia y el Monte Sant’Angelo
entraron en el territorio del Reino de Italia.
La visita a este burgo fascina y golpea por la riqueza y densidad
de obras de arte arquitectónicas románicas,
partiendo del Santuario de San Michele Arcángel, donde
se puede admirar el arte escultórico del archidiácono
Acceptus (siglo XII), junto al cual se yergue la Torre de
los Gigantes.
Los restos de la iglesia de S. Pedro (siglo XII) custodian
la Tumba de Rotari, en realidad un Baptisterio románico
dedicado a San Juan. Y en las cercanías se puede visitar
la románica Iglesia de Santa Maria la Mayor (siglo
XII) que cuenta con una bonita fachada y frescos en su interior
(siglos XII-XIV)
La visita se concluye con el Castillo, testimonio increíble
de un pasado lejano (siglo IX posteriormente reconstruido)
desde donde se puede admirar un panorama único de toda
la región.
A unos diez kilómetros de Monte Sant’Angelo se
puede visitar la abadía de Santa María de Pulsano,
construida en el 591 sobre los restos de un templo pagano
dedicado al héroe-profeta Calcane.
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