MOLFETTA
Situada sobre el mar Adriático
en el trazado de costa comprendido entre Giovinazzo y Terlizzi,
Molfetta nace en época romana como narra un documento
del 217 d.C. que prueba la existencia de un poblado de pescadores
llamado Respa. Probablemente una mala transcripción
de Melpha que derivaría de la palabra malf, que significa
cavidad.
El territorio fue habitado desde el Neolítico en la
zona de Pulo donde se encuentran cavidades naturales y donde
ha sido hallada una necrópolis.
Otro nombre de la ciudad fue Melphicta. En cualquier caso
en época bizantina y posteriormente longobarda la aldea
de pescadores romanos creció considerablemente unificando
las distintas aldeas circunstantes gracias al impulso económico
ligado al comercio marítimo unido al nacimiento de
las Repúblicas marítimas de Venecia y Amalfi
así como por el tráfico con el Oriente.
A los bizantinos les siguieron los longobardos que conquistaron
gran parte de la Apulia septentrional en el siglo VII anexionándola
al Ducado de Benevento.
La ciudad reaparece en un documento del 925 d.C. citada como
Melfi y localizada sobre la isla de San Andrea. En este período
Molfetta tuvo que soportar como las otras ciudades de la costa
los repetidos ataques e incursiones de los sarracenos asentados
en Sicilia desde el 827.
En el siglo XI fueron los normandos los que consiguieron conquistar
en el espacio de 50 años toda Apulia sustrayéndola
a longobardos y bizantinos. Molfetta, es una etapa fundamental
para comerciantes, y en este período se convertirá
en estación de referencia para peregrinos y cruzados
que se dirigen a Tierra Santa beneficiándose además
de una notable libertad administrativa y comercial.
El patrono de la ciudad, Corrado de Baviera, fue uno de esos
peregrinos el cual decidió establecerse para siempre
en Molfetta.
Esta típica vocación comercial sumada a una
gran libertad burocrática continuo durante el dominio
de los suevos (siglo XIII) y de los angevinos (siglo XIV)
durante cuyo dominio la ciudad creció más allá.
La llegada de los aragoneses a Nápoles y a todo el
sur coincidió con la ruptura de los equilibrios entre
las potencias europeas que durante muchos años fueron
protagonistas de continuos enfrentamientos y batallas.
Molfetta vivió en la época una tragedia similiar
a aquella que sufrió Roma con el Saqueo de los Lanzichenecchi.
La mañana del 18 de julio de 1529 las tropas venecianas
y francesas fueron protagonistas del saqueo de Molfetta que
se saldó con la muerte de 1000 habitantes durante los
dos largos días que duraron las represalias.
Con el tratado de Utrech estipulado en 1714 entre los Habsburgo
y los Borbones el sur de Italia pasó a los Habsburgo
que lo mantuvieron hasta la llegada de los Borbones en el
1734.
En octubre de 1860 mediante voto plebiscitario se decidió
la anexión del Reino de las Dos Sicilias al Reino de
Italia (1861).
Durante la Primera Guerra Mundial Molfetta fue bombardeada
por una unidad naval y aerea austriaca que causaron la perdida
de civiles y considerables daños a la ciudad.
Centro y núcleo primario de Molfetta es la Isla de
San Andrea donde se yergue la majestuosa Catedral de San Corrado,
edificio románico del siglo XI, y la iglesia barroca
de San Pedro. Espléndido es el panorama y el paseo
por las cercanías de la Catedral y del puerto del antiguo
burgo donde es posible encontrar los restos de las murallas
medievales.
Poco distante de aquí es posible visitar la Catedral
de la Asunción y las iglesias de Santa Ana y San Estefano
y del Purgatorio.
Otro edificio religioso de cierta importancia artística
es la Basílica de la Virgen de los Mártires,
construcción normanda (1162 posteriormente reconstruída).
Imposible es enumerar todas las iglesias pero señalamos
las más antiguas: la Santísima Trinidad y San
Pedro Apóstol.
Entre los edificios civiles el renacentista Palazzo Giovene,
hoy sede del Comune.
De interés histórico y natural es la dolina
casica colapsada, llamada el Pulo, habitada en época
neolítica.
|