BISCEGLIE
Situado en la costa adriática,
circundado por bahías de aguas cristalinas, Bisceglie
guarda celosamente su patrimonio arquitectónico para
el visitante más atento.
La zona fue habitada ya desde la antigüedad como testimonian
los hallazgos efectuados de restos prehistóricos en
las cuevas de Santa Cruz (7 Km del centro) y por el Dolmen
de la Chianca (siglos XVI-XV a.C.), situado a unos 5 Km de
Bisceglie.
El origen del nombre está unido al nombre latino Virgiliae,
entendido como puesto de guardia, en cuanto que en época
romana su costa era de fácil alcance para las naves
procedentes de todo el Mediterráneo y por tanto la
zona debía estar dotada de una torre de vigilancia.
El nacimiento de Bisceglie tuvo lugar en época longobarda
cuando un primer burgo de campesinos dedicado también
a la pesca se asentó a lo largo de la costa.
Más tarde Bisceglie aparece en un documento del 1063
como un pequeño burgo fortificado bajo la jurisdicción
del normando Pedro I el cual parece que se apoderó
del mismo en el 1054.
En el 1063 se convirtió en sede episcopal y once años
después fue edificada la Catedral de S. Pedro en estilo
normando. Desde el año sucesivo se realizó la
construcción de la iglesia de San Adoeno mientras todo
el período normando y sucesivamente suevo fue caracterizado
por un gran desarrollo económico ligado a la vocación
marinera de Bisceglie que estrecho pactos con Amalfi y las
ciudades de la costa dálmata.
En el 1222 el emperador Federico II inició la construcción
del Castillo e hizo completar la torre maestra hoy conocida
como Torre Normanda.
En el mismo siglo los angevinos llegaron a Italia llamados
por el papa Clemente IV uniendose a la guerra civil entre
güelfos y gibelinos. En el 1266, a consecuencia de la
derrota del hijo de Federico II Manfredi, Bisceglie pasó
bajo la dominación francesa siendo confiada su custodía
hasta el 1300 a la familia de los Monfort, que llegó
a este lugar siguiendo los pasos de los angevinos, Sucesivamente
fue la familia Falcone la que dominó la vida pública
de la ciudad permaneciendo ésta unida al bando angevino
y mereciéndose así el apelativo de Fidelísima.
Todo el siglo XIV estuvo cuajado de continuos enfrentamientos
entre los cuales destaca aquel que se produjo entre Luis I
de Anjou y Carlos III de Durazzo. Ambos reconocidos herederos
de la reina Juana I de Nápoles y ambos de la dinastía
angevina, se enfrentaron en Bisceglie donde Luis encontró
la muerte y fue sepultado en la iglesia de San Ludovico, posteriormente
reconstruida con el nombre de San Luis.
En el 1443 Alfonso V de Aragón expulsó a los
Angevinos de Nápoles después de seis meses de
largo asedio y comenzó la conquista de Apulia encontrando
numerosas resistencias especialmente en algunas ciudades fieles
a los Angevinos entre las cuales Bisceglie se distinguió.
Una vez confiado el feudo a los Orsini Del Balzo estos se
revelaron llamando en causa nuevamente a Juan de Anjou de
Calabria provocando un nuevo conflicto, hasta el 1462 cuando
el rey Fernando de Aragón y los Del Balzo Orsini firmaron
un acuerdo ventajoso para la ciudad que volvió a las
manos de Francisco II Del Balzo Orsini el cual inició
la construcción de nuevas murallas y la restauración
de la ciudad.
El hijo Pirro a pesar de todo se enfrentó a los regentes
perdiendo el feudo que se convirtió en marquesado dependiente
de Francisco. En el 1498 Bisceglie fue dote de Alfonso de
Aragón en los esponsales con Lucrecia Borgia, hija
del Papa Alejandro VI.
El enfrentamiento entre franceses y españoles prosiguió
hasta el 1513 cuando prevalecieron los segundos los cuales
reinaron aproximadamente durante dos siglos hasta la subida
al trono de los Borbones en Nápoles. Bisceglie, excluyendo
la pausa republicana de Giacchino Murat (1808-1815), permaneció
bajo la influencia borbónica hasta su unificación
al Reino de Italia (1860).
Muchísimas son las metas culturales en Bisceglie partiendo
de su Catedral, pasando por las iglesias de S. Domingo (siglo
XII), S. Mateo (1090), S. Juan en Castro, S. Luis (siglo XVI)
así como la iglesia de S. Margarita (fin del siglo
XII).
El Castillo Suevo domina el centro histórico embellecido
por la presencia de numerosos palacios nobiliarios.
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