ASCOLI SATRIANO
Ausculum, con este nombre
era conocida por los romanos los cuales la integraron en su
sistema de carreteras al unirla a la vía Trajana. Pero
su territorio fue habitado desde la antigüedad por los
Daunos, antigua población ilírica que desde
el Mar Negro se trasladó hasta las costas de Albania
y posteriormente hacia Apulia septentrional y Molise (siglo
XI a.C.) desarrollando con una gran autonomía respecto
a la metropolis griega una civilización fuertemente
evolucionada.
Sólo entre los siglos VII y VI a.C. los poblados asociados
adoptaron la moneda y la escritura de las colonias griegas.
La creciente influencia de Roma sobre el territorio de la
Italia del sur provocó el enfrentamiento entre ésta
y la ciudad griega de Taranto la cual llamó en su ayuda
a Pirro, rey de Épiro (actual Albania). En la que se
desarrolló la famosa y proverbial batalla de Pirro
contra los romanos.
Sucesivamente Ascoli permaneció fiel a Roma durante
la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) conociendo
las correrías del ejército de Aníbal
que acampó en Daunia en el 215 a.C.
Bajo Roma Ascoli conoció el período de las luchas
sociales (90 a.C.) después de las cuales pasó
a ser un municipium obteniendo la ciudadanía romana.
Con la difusión del cristianismo aparecieron los primeros
mártires entre los cuales destaca Potito, decapitado
en el siglo II d.C., actual santo patrono de la ciudad.
La decadencia de la ciudad comenzó con las invasiones
bárbaras de los Visigodos, Érulos y Vándalos
y el breve paréntesis del Reino Ostrogodo (476-535)
no sirvió para dar un nuevo desarrollo a las ciudades
de Apulia.
Después de la guerra greco-gótica Ascoli conoció
un período de inestabilidad debido a su posición
geográfica en el confín entre las dos potencias
de la época: Bizancio y el Reino Longobardo.
Como consecuencia de la llegada de los Francos causantes de
la fragmentación del Reino Longobardo al Ducado de
Benevento le fue concedida la autonomía y Ascoli terminó
bajo la jurisdicción de estos.
En el 882 los Sarracenos saquearon y destruyeron la ciudad,
a estos numerosos actores se sumo el emperador bizantino Basilio
el Macedonio el cual llegó a Apulia para reconquistar
los territorios perdidos. Seguido por Otón I de Sajonia
y hasta el siglo XI la situación estuvo caracterizada
por los continuos enfrentamientos con diversos resultados.
El tiempo de consolidación del poder normando había
llegado a su madurez y en el 1027 la ciudad pasó a
sus manos, pero no sin resistencias internas, las cuales llegaron
al punto de incendiar la ciudad en 1082 a consecuencia de
las revueltas.
La llegada de los Suevos (a finales del siglo XII) llevó
riqueza a Ascoli durante un siglo hasta la llegada de los
angevinos (23 de agosto de 1268).
Bajo el reinado de Roberto de Anjou (1309-43) Ascoli conoció
el dominio de las familias baronales y en el siglo XV se convirtió
en el feudo de los Orsini.
Los privilegios y el despilfarro de dinero que caracterizaba
la vida familiar de los nobles de Ascoli terminaron por anexionar
la ciudad a la República de Nápoles (1799) surgida
a consecuencia de la llegada de Napoleón Bonaparte
a Italia. La revolución fue reprimida con la sangre
y las cabezas de los republicanos colocadas en el árbol
de la libertad plantado por ellos mismos.
Después del Congreso de Viena, Fernando IV volvió
a Nápoles pero Ascoli reaccionó activamente
en los motines carbonarios del 1820.
Destruida por un terremoto en 1851, fue reconstruida y anexionada
al Reino de Italia con el plebisticio del 1860.
En Ascoli se puede vistar el Puente Romano y tres arcos sobre
el río Carpelle, la Catedral románico-gótica
de la Bendita Virgen María de la Natividad (siglo XII).
Vestigios del pasado destacables son el Parque Arqueológico
de los Daunos y el Museo Arqueológico “P. Rosario”
En la ciudad se realiza cada 14 de enero la Fiesta del asno
de San Potito en dialecto la fest d lu ciucch d San Ptit la
fiesta del santo patrono San Potito en agosto y la Feria agrícola
de Santa Lucia el 12 de diciembre de cada año.
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