MARTINA FRANCA
Ciudad perteneciente a la
región Murge meridional, situada a 431 metros de altura
en provincia de Taranto, Martina Franca fue fundada por los
prófugos tarentinos que huían de las continuas
invasiones de Sarracenos del siglo X.
La ciudad se asoma al valle de Itria diseminada de trulli
y muretes en seco.
Con la llegada de los angevinos Martina Franca fue ampliada
gracias a la unión de los caseríos de Montedoro,
S. Martino, S. Teresa y S. Pietro dei Greci convirtiéndose
en ayuntamiento en el 1300 por voluntad de Felipe de Anjou,
príncipe de Taranto, el cual concedió algunas
exenciones fiscales para favorecer la expansión económica
del poblado. De esto derivó el nombre Franca, en recuerdo
de la exención fiscal de la cual gozaba.
En el mismo período histórico en Martina Franca
fue edificada la muralla con torres de defensa.
Convertida en feudo primero bajo el gobierno angevinos y posteriormente
bajo el gobierno aragones (siglo XV), la ciudad fue ducado
de los Caracciolo (siglo XVI) los cuales edificaron en el
siglo sucesivo el Palacio Ducal.
En el 1646 también llegó aquí el eco
de la revolución popular de Masaniello a Nápoles,
protesta que fue guíada por un herrero que tomo el
nombre de Capo Ferro.
El siglo sucesivo estuvo ligado al protagonismo de Martina
Franca que impulso el desarrollo gracias a la agricultura
y la ganadería.
Con la llegada de Bonaparte llegaron también a Italia
(1799) los ideales republicanos que fueron acogidos por los
habitantes de manera entusiasta con la esperanza de liberarse
del dominio feudal de los Caracciolo.
En cualquier caso tuvieron que esperar hasta el edicto de
la ley de abolición de los derechos feudales del 1806
y a los sucesivos motines carboneros y del risorgimento para
ver si verdaderamente cayeron estos privilegios.
En el 1861 Martina Franca, después de la votación
plebiscitaria del año precedente, pasó bajo
los territorios del Reino de Italia.
El aspecto actual de la ciudad se desarrolló durante
la época de mayor desarrollo económico (siglo
XVIII) recibiendo una decisiva marca barroca que se hace presente
sea en los palacios nobiliarios que en la trama de las callejuelas
y calles del centro histórico.
Al centro se accede a través de una de las cuatro puertas
conservadas: Puerta S. Estefano, S. Nicola, S. Maria, S. Pietro
(siglo XV) o a través de la curiosa Posterla, una verdadera
saetera, más que una puerta que consiente el paso de
una sóla persona por vez.
Muy características son las torres de Martina Franca,
actualmente incorporadas al perfil urbano: Torre delle Seti,
Torre del Forno, Torre dei Mulini y Torre dell’Anunciata.
Entre las iglesias destaca la barroca basílica de San
Martín, edificada sobre un precedente edificio románico,
S. Domenico y la iglesia del Carmen (1727-1758).
Entre los edificios civiles recordamos el Palazzo Ducale,
sede del Museo natural de Pianelle, el edificio de la Universidad
(1478) y el bonito Palazzo Stabile.
El territorio de la ciudad produce además un buen vino
DOC, el Martina Franca.
|