MELENDUGNO
A mitad de camino entre Brindisis
y Otranto, a lo largo de la bellísima costa adriática
del Salento, surge Melendugno cofre cultural que custodia
preciosos tesoros en su territorio.
La historia inició en época Neolítica
y ha sido atestiguada por la presencia de dólmenes
megalíticos (Placa y Gurgulante) y prosiguió
posteriormente en la localidad de Rocavecchia donde se asentaron
los primeros habitantes durante la edad del bronce (siglos
XVII-XVI a.C.) Estos habitantes elevaron murallas y
forticaron
su poblado demostrando un estado de civilización muy
avanzado para la época.
Sobre el mismo lugar, como consecuencia del incendio de la
precedente ciudad, surgió otro poblado obra de los
mesapios (siglo X a.C.), pueblo de procedencia ilírica.
Este misterioso pueblo dejo testimonios escritos en la gruta
Poesía Poccola y en una necrópolis recientemente
descubierta.
Los romanos llamaron Lupiae a esta localidad y las recientes
excavaciones han sacado a la luz la presencia de un poblado
extenso con casas, calles y templos. Probablemente abandonado
y expuesto a la fuerza del mar y de las ordas bárbaras,
Lupiae hoy muestra pocos testimonios de su antigua fuerza.
En época bizantina, después de las invasiones
bárbaras (siglo V d.C.) y la pausa del Reino Ostrogodo
(496-535), llegaron los monjes basilianos que huían
de las persecuciones iconoclastas efectuadas en el Imperio
Romano de Oriente (siglo VII) y se asentaron en las numerosas
grutas del territorio.
Con la llegada de los normandos (siglo XI) los monjes pudieron
sentirse seguros para predicar abiertamente. En Melendugno
edificaron la Abadía de San Niceta (siglo XII).
Durante la dominación angevina (siglos XIII-XIV) del
sur fue edificado el Castillo en Roca obra de Gualtiero VI
de Brienne (siglo XIV d.C.) pero la llegada de los Turcos
de Mahoma II (1480) tendrán que ceder después
de haber resistido en el tiempo a numerosos asedios.
Convertida en verdadera base de los turcos, ya dueños
de Otranto, fue arrasada por deseo del emperador Carlos V
de Hasburgo a mediados del siglo XVI y los habitantes fueron
transladados fundando Roca Nuova en el interior.
En el 1570 fue construida la Torre Vigía visible todavía
hoy, dotada de lugares de vigilancia y cañones defensivos
en caso de ataque enemigo.
En el 1809 Melengugno se convirtió en municipio englobando
los caseríos vecinos de San Foca (torre del siglo XVII),
Torre Specchia, Torre dell’Orso, Torre Sant’Andrea.
En el 1860 tuvo lugar un voto plebiscitario que sancionó
la unión de las Tierras de Otranto al Reino de Italia
(1861).
En Melendugno, además del bellísimo lugar costero
de Roca Vecchia rico de testimonios histórico-culturales,
es posible visitar el Palacio Baronal de Amely (siglo XVI),
sede de los feudatarios que durante siglos ostentaron el poder
en la ciudad, y la iglesia abadía de San Niceta.
Inaplazable es la visita a la cercana Bargagne donde surge
el Castillo Petraroli y la bella Iglesia Parroquial (1611).
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