SIRACUSA
Inició posteriormente
un fuerte proceso de cristianización atestiguado por
la presencia de importantes catacumbas en el territorio. Con
el edicto de Constantino del 313
Siracusa se convirtió en sede episcopal.
Después de la masacre vandálica y la pausa del
Reino Ostrogodo, Siracusa fue conquistada
en el 535 por el general bizantino Belisario y anexionada
durante tres siglos a Constantinopla.
En el 878 llegaron los Árabes
que después de la devastación y las razzias,
convirtieron a la ciudad en capital del Valle de Noto.
En el 1038 el griego Maniace,
capitán de los bizantinos, consiguió retomar
la ciudad poniendo su firma sobre la planta de la ciudad con
la construcción de un castillo sobre
la isla de Ortigia que todavía hoy lleva su nombre.
Durante la época normanda (1086) el
conde Ruggero aplicó una política de
cristianización de la ciudad a través
de la renovación de la Catedral y la construcción
de nuevas iglesias.
Pasó bajo la gestión genovesa
del 1205 al 1220 Siracusa fue conquistada
por los Suevos y declarada ciudad propiedad
del estado mientras en la ciudad se instauraban nuevos órdenes
religiosos; franciscanos y dominicos.
Después del paréntesis angevino
y la experiencia de las Vísperas,
la ciudad pasó a los Aragoneses y
fueron fundadas nuevas iglesias y construidos nuevos palacios
nobiliarios.
En el siglo XVI se insertaron en el tejido
urbanístico otros dos monasterios encabezados por dos
nuevas ordenes religiosas; jesuitas y carmelitas.
Sucesivamente la ciudad asumió, a través de
un proyecto de restauración edilicia, su aspecto fuertemente
barroco. El proceso fue interrumpido por el sismo
del 1693 que destruyó gran parte de la ciudad.
Todo el siglo sucesivo empeñó a los ciudadanos
en la reconstrucción.
Con la llegada de los Borbones y la difusión
de las ideas liberales, Siracusa participó en los motines
populares contra la corana pagando el precio con la transferencia
de la capital a Noto y un consecuente empobrecimiento social.
Después de la unificación del Reino de Italia
(1860) fueron abatidas las murallas que todavía
fortificaban la ciudad mientras en época fascista
(1934-36) fueron activadas intervenciones en la isla medieval
de Ortigia.
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