MESSINA
La ciudad de Messina
se desarrolla en forma de anfiteatro a los pies de los Montes
Peloritani, en el interior y al sur de una ensenada bien protegida
por una península de aluvión con forma de de
hoz (península de San Ranieri, que termina en la punta
de San Leonardo), constituída por detritos transportados
por las numerosas rías costeras y acumulados por las
ondas marinas, que posteriormente se ha alargado y ampliado
hacia el sur.
Fundada con el nombre de Zancle (en griego Zanklpiattoe, hoz,
por la forma de la península que cerraba el puerto)
por los Calcidios de Cuma, de Nasso y de Eubea (725 a.C. apróximadamente),
se desarrollo rápidamente, fundando a su vez las colonia
de Mylaj (Milazzo), entre finales del siglo VIII a.C. e inicios
del VII, así como Ímera en el 648 apróximadamente.
En torno al 493 los prófugos de samos y de milesis,
se refugiaron en Zancle se empadronaron de la ciudad con el
apoyo de Anassila de Reggio. Poco después Zancle cayó
bajo el poder del mismo Anassila, que al puesto de los Samos
y Milesos asedió numerosos fuertes mesenios. La ciudad
asumió entonces el nombre de Messana o Messpiatacuenpiattoe
así mismo adquirió caracter prevalentemente
dórico. A pesar de las luchas intestinas esta llegó
a un alto grado de prosperidad de modo que no fue destruída
por los Cartagineses en el 396. Reconstruida casí inmediatamente
por Dionigi il Vecchio di Siracusa, fue sujeta sucesivamente
a Dione, Ippine a Timoleonte y finalmente a Agatocle, después
de cuya muerte cayó en manos de los Mamertinos (288
aproximadamente). Vencidos por Gerone II de Siracusa en torno
al 265, estos pidieron ayuda a los Cartagineses y, posteriormente
a los Romanos, que liberaron la ciudad del siguiente asedio
de Gerone II y de los Cartagineses. Tal conflicto fue el origen
de la primera guerra púnica (264-241), al final de
la cual Messana fue proclamada ciudad libre y federada. Después
del esplendor que alcanzó durante el período
romano, continuó a tener una gran importancia bajo
los Bizantinos. Fue tomada por los Sarracenos (843) que la
mantuvieron durante otros dos siglos, hasta la llegada de
los Normandos (1061). Desde aquel momento empezó para
Messina un período de prosperidad como emporio comercial.
Cuando Sicilia pasó bajo el dominio de los Suevos a
finales del siglo XII, Messina se sublevará para conservar
su libre desarrollo. Después de haber tenido una notable
participación en las Vísperas Sicilianas, la
ciudad fue asediada por el rey de Sicilia Carlos I d’Angiu
(julio-septiembre 1282) que no consiguió conquistarla
debido a la llegada de la flota aragonesa. En el siglo XIV
fue elevada a capital por los Aragoneses. Pero las amplias
libertades municipales de las cuales Messina gozaba no eran
muy apreciadas por los Españoles que intentaron suprimirlas.
Esto provocó una rebelión contra el gobierno
español (1674), los habitantes de Messina, ayudados
por el rey Luis XIV que envió una flota bajo el comando
del admirante Duquesne, resistieron durante cuatro años
capitulando sólo en el 1678. A continuación
Messina perdió durante algún tiempo cualquier
importancia, poco a poco volvió a florecer , pero fue
golpeada por varias calamidades: en el 1743 la peste y en
el 1783 un terremoto que la daño seriamente. Messina
fue duramente oprimida por el gobierno de los Borbones que
la convirtieron en un centro militar, participó en
muchos motines insurrecionales entre el 1820-1821 y desde
el 1847-1848, en el septiembre de 1848 la ciudad fue ocupada
por las tropas borbónicas bajo las ordenes de Filagieri
después de un serio bombardeo que había sido
ordenado por el rey Fernando II. Sólo en Julio de 1860
fue liberada por las fuerzas afines a Garibaldi guiadas por
el general Giacomo Medici. Después de haber sido gravemente
dañada por otro terremoto en el 1894, fue completamente
destruída por aquel más terrible del 28 de diciembre
de 1908. Reconstruída, sufrió graves daños
en el curso de la segunda guerra mundial como consecuencia
de los bombardeos aéreos y terrestres. Fue ocupada
por las tropas aliadas el 17 de agosto de 1943.
|