ENNA
El ombligo de Sicilia
o el Balcón de Sicilia o también conocido
como Urbs Inexpugnabilis; así la llamaban
los Romanos. Muchos son los apelativos de Enna
por su posición geográfica central sobre la
cima de una fortaleza defensiva en el pasado
y actualmente capaz de ofrecer vistas increíbles
al viajero moderno.
Enna fue habitada desde la Edad de Piedra, en la que podemos
situar a los Sicanos, población de
origen no indoeuropeas establecida en Sicilia desde la Prehistoria.
De este pasado lejano han sido sacados a la luz un poblado,
una necrópolis y un templo perteneciente al Neolítico.
Con la llegada de los Sículos (siglo
XV a.C.) y posteriormente de los Griegos
(siglo IX a.C.) cambiaron los equilibrios
políticos y la ciudad comenzó a acuñar
moneda griega ya en el siglo V.
Se alió con Siracusa
para combatir a Cartago pero en el 397 a.C.
se convirtió en feudo de Siracusa bajo Dionisio I y
en el 307 fue tomada por el tirano Agatocle.
En el 259 a.C. fue tomada por los Cartagineses
y posteriormente liberada por los Romanos
un año después. en el 212 a.C. pasó definitivamente
a Roma.
Aquí inició la primera guerra servil
(139-132 a.C.) abanderada por el esclavo sirio Euno
que se rindió a los romanos sólo dos años
después del asedio.
Después de la caída de Roma y la devastación
de los Vándalos, Enna fue administrada por los Bizantinos
hasta el momento en el que fue tomada por los Árabes
(859).
Con la llegada de los Normandos a Sicilia
(1070) Enna se convirtió en el último fuerte
de resistencia árabe hasta el 1087, año en el
que se rindió a Ruggero d’Altavilla.
Bajo los Normandos, los Suevos y los Aragoneses
la ciudad se “encastilló” erigiendo fuerzas
defensivas y desarrollándose sin descanso
hasta el siglo XVII cuando inició su lento declive.
En el 1860 Enna, después de haber
participado activamente en la unificación, pasó
a formar parte del Reino de Italia.
Pertenece al período medieval la creación del
esquema urbanístico todavía presente en la ciudad
con la excepción de las murallas que lamentablemente
ya no existen.
El bellísimo Castillo de Lombardia
es del período Suevo y sorprende por su integridad
y su grandeza. Fue elegido por Pedro III de Aragón
como su residencia en Enna. De igual esplendor es la Torre
de Federico II (siglo XIII), de una altura de 24
metros con techos abovedados. De gran belleza es también
el Palazzo Pollicarini (siglo XV) con influencias españolas.
Entre los edificios religiosos no deben perder la visita a
la Catedral, construida en el 1307
por deseo de la reina Eleonora de Aragón, que custodia
preciosas telas en su interior así como el Museo Alessi,
y las iglesias de San Francisco de Asís (siglo XV),
la barroca San Giuseppe así como de la ex Iglesia de
S.Giovanni Battista con su bonito campanario gótico
(siglo XV).
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