LICATA
Surge en la vertiente oriental
de la colina conocida como "La Montaña”,
en la extremidad occidental del golfo de Gela.
La zona resulta habitada desde el Paleolítico y sucesivamente
fue visitada por Fenicios y Griegos pero la ciudad como tal,
fue fundada en el 280 a.C. por el tirano de Agrigento Phintias,
el cual le dio su nombre y acogió a los ciudadanos
de la destruida ciudad de Gela.
En su mar se combatió en el 311 a.C. la batalla de
Ímera entre los Cartagineses de Amilcar y los Siracusanos
de Agatocle que vieron la derrota de los segundos.
En el 256 a.C. durante la Primera Guerra Púnica se
desarrolló la batalla naval de Capo Ecnomo entre los
Cartagineses y los Romanos guiados por el cónsul Marco
Attilio Regolo. Según Polibio esta fue la más
grande batalla naval de la antigüedad con más
de setecientas naves y casi trescientos mil hombres en ella.
El enfrentamiento fue sancionado con la victoria de los Romanos.
Licata fue durante la influencia romana un centro comercial
y mercantil floreciente.
A continuación pasó a los Godos y posteriormente
a los territorios bizantinos de Occidente. Los Árabes
conquistaron Licata en el 827 d.C. con el cadí Asad.
El 25 de julio de 1086 las tropas normandas entraban en Licata
poniendo fin a la dominación del área e iniciando
un período de desarrollo en el burgo que culminará
con la consigna del águila imperial, que todavía
hoy se encuentra en la insignia de la ciudad, ofrenda del
emperador Federico II de Suevia en el 1234.
Con el final de los Suevos a manos de los Angevinos (1270)
Sicilia fue al encuentro de uno de sus momentos históricos
más significativos: la revolución de las “Vísperas
Silianas”. Esta estalló en Palermo en la víspera
del 31 de marzo de 1282 pero se difundió por toda la
región. Lícata participó activamente
y por este motivo fue condecorada con el título de
“Fidelissima” por Alfonso I de Aragón (1447)
En Julio de 1553 la ciudad fue saqueada y destruida por los
piratas Dragur y por este motivo se decidió a erigir
murallas defensivas y una torre sobre la Colina de Sant’Angelo.
A pesar de todo los acontecimientos negativos entre los cuales
una epidemia de peste (1625) y una carestía (1647)
Licata continuó prosperando como puerto mercantil ligado
al comercio del grano, como ya sucedía en época
romana.
Ya indolente del gobierno de los Borbones la ciudad participó
activamente en la revolución de los Mil aprovisionando
a Garibaldí de un contingente de hombres.
Pasó al Reino de Italia como toda la región
de Lícata siendo testigo directo el 10 de julio de
1943 del desembarco estadounidense sobre las costas de la
Playa que tomaron la ciudad.
Lícata es hoy un centro en grado de ofrecer notables
lugares de interés para realizar una visita cultural
y artística comenzando por sus castillos: Castel S.angelo,
Torre S.Nicola, Torre di Gaffe, Castello di Falconara.
Entre los principales edificios religiosos destacamos: la
iglesia de S.Agustín, la Iglesia del Purgatorio, la
Iglesia de San Salvador, la Iglesia de Santo Domingo (1618).
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