MARSALA
Situada sobre la costa en
la extremidad occidental de Sicilia, Marsala es célebre
por su vino.
La ciudad fue fundada por los habitantes de Mocia, ciudad
fenicia fundada en el siglo VIII a.C. para controlar así
el comercio de las costas occidentales, fue destruida por
Dionisio II de Siracusa en la 397 a.C. Los ciudadanos en fuga
fundaron Lilibeo, que significa “que mira a Libia”,
la actual Marsala.
En el 350 a.C. los Fenicios erigieron imponentes murallas
para proteger a la ciudad.
Durante la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.) Marsala
fue asediada durante nueve años a partir del 250 a.C.
por las tropas romanas al mando del cónsul Gaio Atilio
Regolo y Lucio Manlio Vulsone las cuales destruyeron algunas
torres de las murallas.
Como consecuencia del éxito final de la batalla de
las Islas Egadi, Lilibeo en la 241 a.C. paso a los Romanos
los cuales hicieron de ella la base naval mayor y la capital
de las provincias occidentales. Contará con numerosas
villas y espléndidos edificios públicos llegando
a ser denominada “splendidissima urbs” por Cicerón.
La caída del imperio señaló su final:
fue devastada por los Vándalos en el siglo V a.C.
Pasó en el siglo VI al Imperio Bizantino de Justiniano,
pero estos no fueron siglos floridos debido sin duda a que
el Emperador no se interesó demasiado en Sicilia que
era frecuentemente saqueada por los piratas.
En el 830 fue conquistada por los árabes que la convirtieron
en principal centro de intercambio con África dándole
el nombre de Marsa Allah (Puerto de Ali)
Marsala se desarrolló urbanísticamente con la
planta árabe; la ciudad protegida por las murallas
cuadrangulares con castillo y protección.
Los Normandos llegaron en el 1072, seguidos por los Suevos
(1194) como consecuencia del matrimonio de Enrique IV de Suevia
con la normanda Constanza d’Altavilla (1185), madre
de Federico II, el llamado “stupor mundi”. Le
siguieron los Angevinos (finales del siglo XIII) y los aragoneses
(siglo XIV) bajo los cuales la ciudad fue dotada de iglesias,
monasterios y edificios públicos. Este desarrollo fue
frenado por Carlos V, el cual enterró el floreciente
puerto para parar las continuas incursiones de sarracenos.
Después de un declino que duró dos siglos, en
los cuales a pesar de todo la ciudad asumió un aspecto
barroco en las iglesias y edificios, Marsala volvió
a desarrollarse gracias a la industria vinícola introducida
por el inglés Giovanni Woodhouse (1773) a la cual siguieron
otras entre las que destaca la familia Florio (1833).
El 11 de mayo de 1860 Garibaldi desembarcaba en Marsala iniciando
así la expedición de los mil.
En el centro de la ciudad, Piazza della Repubblica, donde
se puede visitar la Catedral de S.Tomás de Canterbury
(1628), la Iglesia de S. José (1680) y el Palazzo VII
Aprile (1576). En las cercanías surge el Monasterio
de S.Pietro, sede del Museo Civil, la Iglesia del Purgatorio
(1569), la Iglesia y el Convento del Carmen.
De obligada visita es el Museo Arqueológico situado
en el Paseo Marítimo. En la avenida Vittorio Veneto
es posible visitar los restos de un barrio romano en el cual
se puede distinguir un edificio termal del siglo III d.C.
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