PESARO
Pesaro, tendida sobre el mar,
se extiende entre las colinas de San Bartolo en el noroeste
y Ardizio al sudeste, comprendiendo el antiguo centro histórico,
protegido al este por la Imponente Rocca Costanza, y la moderna
ciudad-jardín, alineada a lo largo del litoral, con
largos paseos arbolados y rectilíneos.
Patria de Gioacchino Rossini, la ciudad tiene notables tradiciones
artísitico-musicales; teatro Rossini, Museo Rossiano,
conservatorio de música y el Instituto de arte. Aquí
se desarrolla anualmente un Festival de musicas rossiniane
(el ya internacional y notorio “Rossini Opera Festival”)
y la Muestra cinematográfica.
Es la antigua Pisaurum, colonia romana en el 184
a.C. situada en el Ager Gallicus, probablemente sobre un lugar
habitado anteriormente. En la segunda mitad del siglo I a.C.,
acoge una nueva colonia de veteranos de las campañas
de Octaviano y de Antonio y fue finalmente incluída
en la VI región augustea (Umbria, Ager Gallicus).
Destruída durante la guerra gótica de Vitige
(539), fue recuperada, para ser anexionada al Imperio bizantino
de Belisario que promovió la reedificación (544).
Se convirtió en un florido centro de la Pentapoli bizantina,
resistiendo a la presión de los longobardos que sólo
más tarde consiguieron someterla (752). La perdieron
pero fue reconquistada por los Francos que la cedieron posteriormente
a la Iglesia (774), a la cual perteneció establemente,
gobernada por un conde nombrado por el Pontífice. Importante
baluarte en el período municipal, mantuvo constantes
luchas con la vecina Fano por razones territoriales, y se
adhirió al bando imperial durante las luchas entre
los municipios y Federico I. Reconducida a la obediencia del
papa Inocencio III (1198), después de un período
de luchas con Fano, fue entregada por el Pontífice
a Azzo VI d’Este, marqués de Ancona, como feudo
dependiente de la Iglesia. Pero dado que prevaleció
la facción gibelina, la ciudad fue concedida más
tarde a Federico II. Hacia el final del siglo XIII, después
de un sucesivo período marcado por las guerras entre
facciones opuestas, Pesaro se convirtió en la señoría
de los Malatesta que la dirigieron hasta que Albornoz la devolvió
establemente al papa (siglo XIV), que no obstante todo les
dejo el vicariado. La ciudad pasó posteriormente a
manos de los Sforza. En el 1500 pero Alejandro VI invalidó
a Giovanni Sforza y asignó la ciudad a Cesar Borgia.
En el 1503, a la muerte del papa, Giovanni Sforza (†
1510) volvió a Pesaro, pero el papa Julio II rehusó
la investidura del hijo, Giuseppe Maria, llamado Costanzo
II, y la adjudicó a su propio sobrino Lorenzo II de
Medici, a cuya muerte (1519) paso bajó el directo dominio
de la Iglesia. Muerto León X (1521), Francesco Maria
Della Rovere recuperó la investidura de Pesaro gracias
a Adriano VI y la transmitió a sus descendientes hasta
la extinción de la familia (1631). Desde entonces la
ciudad pasó bajo el directo dominio de la Iglesia,
y siguió la suerte de ésta hasta el período
del Risorgimento.
Durante la segunda guerra de Independencia se concentraron
para defenderla las tropas pontificias, pero el 11 de septiembre
de 1860 estas tuvieron que capitular a favor de las fuerzas
piamontesas del general Cialdini.
Durante la segunda guerra mundial la ciudad fue considerablemente
dañada, dada su cercanía a la linea gótica,
pero después de un período de estasis seguido
por la ocupación aliada (hasta agosto de 1944), se
repuso en la posguerra.
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