PESARO
Desde el punto de vista artístico
y archeológico son pocos los repertos pertenecientes
a la ciudad romana y a aquella de la alta edad media.
Los primeros documentos artísticos de un cierto interés
están constituidos por un notable grupo de iglesias
románico-góticas de las cuales quedan numerosos
elementos; la fachada de la catedral (de finales del siglo
XIII), los bonitos pórticos de San Agustín (1413),
de San Francisco (1356-1373) y de San Domingo (1395).
Hasta la llegada del Renacimiento, el ambiente artísitico
de Pesaro presenta múltiples contactos con el arte
veneto, confirmados por algunas pinturas venecianas conservadas
hoy en el Museo Cívil.
El Renacimiento está representado por el armónico
Palazzo Ducale, edificado por deseo de Alessandro Sforza en
la segunda mitad del siglo XV, reconstruído después
de un incendio provocado por Bartolomeo y Girolamo Genga.
Laurana (arquitecto dalmata operante también en Urbino),
presente en la ciudad en el 1476, contribuyó a la edificación
de la Rocca Costanza, relevante ejemplo de arquitectura militar
iniciada en el 1474.
En las inmediaciones de la ciudad, sobre las colinas de San
Bartolo, se encuentra situada la Villa Imperial, que deve
su nombre al emperador Federico II de Hasburgo que, huésped
de los Sforza en el 1452, presenció la fundación.
Fue reconstruída en gran parte bajo los Della Rovere
a partir del 1530 por obra de Girolamo Genga, autor también
de gran parte de la interesante decoración de frescos,
a la cual participaron Menzocchi, Dossi, Bronzino y Perin
del Vaga.
En el ya citado Museo Civil, que tiene sede en el palazzo
Mosca son de relieve el retablo de la Coronación de
la Virgen de Giovanni Bellini, cumbre del arte del siglo XV,
y una preciosa colección de mayólicas que recuerda
como Pesaro fue, desde el 1462, un importante centro de producción
mayólica, que desde el siglo XV al XVI floreció
bajo la protección de los Sforza.
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