SENIGALLIA
Los orígenes de Senigallia
están unidos a las vicisitudes de los Galos
Senoni, población que proviene de la zona
de Marsella, llegaron a Italia en el siglo V a.C. ocupando
parte del territorio bajo el poder de los Picenos
y fundando su capital; precisamente en Senegallia.
Conquistada por los romanos en la batalla de Sentino
(295 a.C.) se convertirá
en un importante centro comercial de la región. Conoció
el saqueo de los Godos guiados por Alarico
(400 d.C.), pero resurgió bajo el
dominio Bizantino, momento en el cual Senigallia
entrará a formar parte del Exarcado de Rávena.
Después de las conquistas de Astolfo
(751) pasó por un breve período
bajo el dominio Longobardo, período
este que será interrumpido por la llegada de Carlo
Magno (773-774) que consiguió acabar con el
Reino Longobardo desde el centro y el norte de Italia. Consecuencia
de estas vicisitudes Senigallia fue donada a la Iglesia
entrando a formar parte del así llamado Patrimonium
Petri. En el siglo XII pasó ser un Municipio Libre
a favor de la Iglesia en la batalla entre güelfos y givelinos.
Se convirtió posteriormente en feudo de los Malatesta
y de los della Rovere bajo el Ducado de Urbino
(1474). Fue en este período histórico
cuando se construyó el Palacio Ducal y la Fortaleza,
para garantizar la defensa de la ciudad amenazada por la avanzadilla
de los turcos .
Entre los siglos XVII-XVIII la ciudad conoció
un período de fuerte desarrollo gracias a su vocación
comercial y su puerto, uno de los mayores del Adriático.
Importante desde este punto de vista es la “Feria
de la Magdalena” famosa en todo el mundo.
Senigallia es un cofre de arte y esto lo demuestra a través
de sus mayores monumentos: la Fortaleza Roveresca,
construída sobre precedentes fortificaciones pertenecientes
a la época romana. Frente a la Fuente de la
plaza del Duque, el Palacio Ducal
y el pequeño Palacio Baviera en la
misma plaza. No debe faltarnos un paseo a lo largo de los
Porticos Herculanos, situados a lo largo
del recorrido de las antiguas murallas.
Entre los edificios religiosos debemos recordar la Iglesia
de la Cruz, la Iglesia de la Virgen y la Catedral.
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