AVELLINO
Abellinum, ciudad samnítica
que se remonta al siglo VII a.C., fue conquistada por los
romanos en el 265 a.C. en el contexto de las guerras Samníticas
que los veía opuestos a la liga de los pueblos itálicos,
preocupados por el progresivo aumento de la hegemonía
de Roma en la península.
Destruida por Godos y Vándalos, formó parte
del territorio del Ducado Longobardo de Benevento, hasta que
pasó a manos bizantinas en el 969. En el 1130, después
de la llegada de los Normandos, Ruggero II recibió
en la Catedral la investidura del Reino de Sicilia.
Avellino conoció posteriormente la señoría
de numerosas familias nobiliarias medievales investidas de
poder por los soberanos angevinos y aragoneses hasta convertirse
establemente en feudo de los Caracciolo (11589-1844).
En el 1820 Avelino fue sede de motines revolucionarios y al
final fue anexionada al Reino de Italia (1860).
En el 1943 la ciudad fue bombardeada por las fuerzas aliadas
en un tentativo de frenar la retirada de los Alemanes.
A pocos kilómetros de Avellino se pueden visitar los
restos de la antigua Abellinum que tienen su mayor exponente
en las termas, el foro y en una domus lujosa con pinturas
parietales perteneciente a Marco Vespasiano Agrippa, yerno
de Augusto.
Indispensable es dar un paseo por la vieja ciudad para admirar
la Catedral que surge sobre los restos de una villa romana
construida en el 129 a.C. y abandonada durante la famosa erupción
del Vesuvio en el 79 d.C.
|