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MONOPOLI

Situada en un tramo de la costa adriática salpicado de espléndidas playas y calas a pocos kilómetros de Polignano a Mare, es posible visitar Monopoli conocida también como la ciudad de los cien barrios.
El nombre de la ciudad deriva del griego monos (sólo) y polis (ciudad), haciendo referencia a la ciudad peuceta solitaria de Dirium o Dyria.
La fundación de la ciudad de Monopoli tuvo lugar con la llegada de los habitantes de Egnazia que se hallaban en fuga a consecuencia de las devastaciones llevadas a cabo por los ostrogodos de Tótila en el marco de la guerra greco-gótica (535-553 d.C.) El final de esta guerra trajo aparejado el destino de Apulia que durante siglos fue asignada a los dominios occidentales del Imperio Romano de Oriente.
Para derrocar este dominio llegaron los longobardos en el siglo VII dando fe a los escritos del historiador Paolo Diacono (663).
El desarrollo de Monopoli como puerto comercial la introdujo en los enfrentamientos entre sarracenos, longobardos, normandos y bizantinos.
En el 1042 la ciudad fue asediada y destruida por Maniace, el cual se convirtió acto seguido en emperador bizantino.
En el 1086 fue comenzada por los normandos la construcción del Castillo de San Estefano, posteriormente convertido en abadía benedictina y refugio seguro de las naves que se dirigían a Tierra Santa gestionado por los Caballeros de Malta (silgo XIII).
No mucho tiempo después el obispo Romualdo quiso edificar allí una catedral románica sobre los lugares de culto pagano (1107) la cual fue adscrita a la Virgen de la Madia por haber sido encontrada su imagen en una barca en el 1117. La barca fue empleada en la construcción del techo de la Catedral que desde hacia tiempo se encontraba incompleta.
Monopoli durante los siglos de la dominación normanda, sueva y angevina se enriqueció expandiendo su influencia por las ciudades circunstantes. Solo los casos de pestes, carestías y el mal gobierno de los Anjou hieron decrecer el proceso de desarrollo urbano.
En el 1401 Monopoli se convirtió en el feudo de los Orsini.
Bajo la dominación aragonesa (1442) en el 1465 la ciudad fue asediada y conquistada por los venecianos que estaban poco a poco exparciendo su imperio comercial en el Adriático y el Mediterráneo. Venecia dominó las cosas de Apulia hasta el siglo sucesivo (1530) cuando los ciudadanos de Monopoli, para evitar ver nuevamente enfeudada su ciudad pagaron de su propio bolsillo su autonomía al emperador Carlos V de Habsburgo con 51.000 ducados.
Pocos años antes (158) durante los enfrentamientos entre las tropas españolas y franco-venecianas en el sur de Italia, Monopoli fue asediada por el comandante Alfonso d’Aavalos, fiel a Carlos V de Habsburgo.
Durante el mismo siglo para afrontar las peligrosas incursiones de los turcos fueron herigidas las murallas defensivas y algunas torres vigías a lo largo de la costa.
El dominio español se vera interrumpido en el 1713 cuando inició el ventenio de dominación austriaca después del cual Monopoli y todo el sur de Italia entraron a formar parte del Reino de las Dos Sicilias bajo los Borbones (1734).
La ciudad se adhirió como muchas otras a los motines insurreccionales del siglo XIX inispirados en los ideales de la revolución francesa y de la experiencia del gobierno republicano de Bonaparte y Murat (1806-1815). El proceso se concluyó con el voto plebiscitario de 1860 y la sucesiva anexión al Reino de Italia (1861).
Ya sea durante la Primera que la Segunda Guerra Mundial Monopoli fue bombardeada por mar (1916, 1940).
Monopoli es hoy una de las metas turísticas de mayor importancia en Apulia en virtud de su historia y de la belleza de sus costas, salpicadas de calas y playas arenosas.
Muchas son las metas turísticas de la ciudad siendo imposible enumerarlas todas pero destacamos las de mayor importancia; el Castillo de Carlos V, el Hospital Gerosolomitano (1350), el Hospital de Santiago, el Palazzo Palmieri, la Biblioteca Comunal Rendella, la Abadía de San Estefano, la muralla del siglo XVI, la Plaza Vittorio Emanuele.
Entre las iglesias, exceptuando la Catedral románica pero con aspecto del siglo XVIII, vale la pena visitar la Basílica de Santa María Amalfitana (siglo XX), La Iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, de fundación paleocristiana, y la iglesia del siglo XVI dedicada a San Francesco da Paola y Santo Domingo.